La disponibilidad de agua potable se está convirtiendo en el principal obstáculo que condiciona el desarrollo humano en casi cualquier lugar del planeta. En el momento en que el consumo de agua exceda las tasas de renovación naturales, las fuentes de agua dulce comenzarán a disminuir rápidamente incluso en aquellas áreas en las que el agua nunca ha sido un problema. Actualmente estas fuentes ya están sobreexplotadas, lo que hace que la desalinización sea la única opción viable a largo plazo para atender a la creciente demanda y compensar la saturación de explotación de fuentes naturales.

La principal dificultad para suministrar agua desalinizada a regiones que carecen de recursos hídricos es el gasto energético que ello implica. Se prevé que para el 2030 habrá 3000 millones de personas en riesgo por escasez de éste recurso. Producir suficiente agua dulce para suavizar éste déficit de agua mediante desalinización empleando la mejor tecnología disponible a día de hoy en el mercado, la ósmosis inversa (ÓI), requeriría el 20% de la producción energética mundial de 2008.

La perspectiva de este escenario es el que llevó a CIMNE a iniciar una línea de investigación relacionada con la desalinización de agua de mar con el fin de aportar soluciones viables a largo plazo para el acuciante problema de la escasez de agua a nivel global. La tecnología desarrollada tiene menores requerimientos energéticos que la ÓI, que emula al ciclo natural del agua de una forma controlada, concentrada y acelerada. Es una tecnología escalable que permite suministrar agua tanto a pequeña como a gran escala.

El proyecto que atiende a ésta convocatoria, “Validación del sistema desalinizador Modular Multi-Stage Core” (con acrónimo MMSC), recoge como su principal objetivo la construcción de un prototipo para el análisis y el calibrado de los parámetros de control necesarios para la evolución a una fase preindustrial.

Este prototipo ha de permitir comprobar la viabilidad técnica, de producción y comercialización de la tecnología de desalinización Cool Steam. La materialización de dichos objetivos valorizará esta nueva tecnología y dará las claves necesarias para definir cómo podría aprovecharse para otras posibles aplicaciones industriales.