Reconocimiento del terreno durante la fase de proyecto y durante la ejecución de la obra

Desarrollo de metodologías para la caracterización integrada del terreno, tanto en la fase de proyecto como durante la ejecución de la obra. Esto se realiza fundamentalmente de cara al diseño u optimización de tratamientos del terreno, en función de los parámetros de perforación y de inyección registrados durante la ejecución de los mismos, completando los datos aportados por los resultados obtenidos con otros ensayos in situ o de laboratorio. De esta forma se ha llegado a la obtención de nuevas correlaciones para la caracterización del terreno antes y después de los tratamientos.

Investigación sobre algunos métodos de mejora de las propiedades mecánicas del terreno (resistencia y deformabilidad) con el objeto de minimizar el efecto de las obras subterráneas (túneles, grandes excavaciones, etc.) sobre el entorno en términos de afección a otras estructuras existentes (edificios, servicios, puentes, carreteras, etc.), para evitar el colapso de éstas o la producción de daños importantes sobre ellas debido a los movimientos generados (asientos o desplazamientos horizontales).

La estabilización en masa o “deep soil mixing” es una técnica de mejora del terreno que consiste en un proceso combinado de desagregado y mezclado del mismo in situ, con un cementante que es inyectado por vía húmeda o seca hasta profundidades mínimas de 3 m.

Este desagregado o alteración de la estructura del suelo se realiza, principalmente, en forma mecánica, por medio de la rotación de uno o varios útiles de perforación/mezclado, tipo hélices, paletas o cuchillas, para facilitar el proceso de mezclado de los suelos con cementantes, mejorando así las propiedades mecánicas de los suelos.

La compactación dinámica rápida (RIC) es una técnica de mejora del terreno que se logra mediante la densificación provocada por la aplicación repetida, en puntos convenientemente espaciados de la superficie del mismo, de impactos de gran energía. Estos impactos se realizan dejando caer una pesada maza, sobre una zapata en contacto con la superficie del terreno, especialmente diseñada para tal fin.

La problemática principal de cualquier tipo de obra subterránea es la pérdida de volumen con el consecuente asiento que se produce en el terreno adyacente. Una de las técnicas que más se utiliza a la hora de minimizar este efecto es inyectar el terreno con un material en forma fluida, que normalmente es una lechada de cemento, de forma controlada que más tarde se rigidiza mejorando así las propiedades mecánicas de aquél.

La inyección en el terreno se hace a través de tubos-manguito instalados en el terreno mediante perforaciones ejecutadas desde pozos de inyección o, como es el caso que nos ocupa, tubos-manguito instalados utilizando la técnica de perforación direccional minimizando así el impacto ambiental, asegurando una protección máxima del conducto y así reduciendo los costes económicos a largo plazo y los costes en seguridad.

Investigación y desarrollo tanto de las técnicas de bajo coste como las de alta eficiencia, desde el punto de vista de sus aplicaciones on site y off site en obras subterráneas.

La inertización es una técnica de tratamiento de residuos catalogados como peligrosos y no recuperables, sean líquidos o sólidos, para inactivar o minimizar su potencial naturaleza química y su posterior disposición final.

La desorción térmica es una técnica diseñada para el tratamiento de residuos sólidos contaminados, que consistente en el calentamiento de las tierras contaminadas a una temperatura controlada de 200ºC a 600ºC, con el objetivo de vaporizar los contaminantes con un punto de ebullición bajo, consiguiendo así su separación del residuo sólido.